19 Apr
19Apr

Algo de enseñanza me ha dejado ver el mundo de las franquicias y eso ha sido el verdadero trabajo en equipo que deben de llevar tanto el Franquiciante como el Franquiciatario, dos jugadores imprescindibles. Sin duda, aún contando con un modelo de franquicia innovador; con los mejores productos o servicios; con el mejor local comercial, la figura del Franquiciante frente al Franquiciatario, su relación y comunicación; su empatía y trabajo en equipo, son los elementos clave para que una franquicia pueda permanecer en estado sólido de éxito.

Pero no centremos la razón del éxito en sólo en esos elementos, el Franquiciante quien es el creador del modelo de negocio, quien tras mucho esfuerzo de trabajo ha logrado consolidar el mismo; es el responsable inicial frente a esa futura Franquicia que todos querrán invertir en ella.

Primeramente, el Franquiciante debe tomar en cuenta que “convertirse en franquicia” es preparar todo un sistema de estrategias operativas, financieras, legales y comerciales, que permitan el correcto funcionamiento de la franquicia, y si lo hace en conjunto de un asesor o consultor experto en la materia, mucho mejor.

Cabe destacar que un negocio puede ser susceptible de convertirse en franquicia bajo ciertos criterios recomendados que les puedo compartir, tales como:

  • Que el negocio sea rentable.
  • Que al menos tenga más dos años en operación (preferentemente)
  • Que exista un segmento de mercado considerable a quien se le venderá tu producto o servicio.
  • Que tú marca esté registrada o protegida legalmente.
  • Que tu negocio sea replicable.
  • Que tú negocio sea comercialmente atractivo. Tu bien sabes que lo bonito se vende rápido.
  • Que cuentes con manuales de operación (y si no los tienes, pues manos a la obra, comienza a elaborarlos).


Por: Ing. Guillermo Cerón Argüelles – Director General y consultor experto en Franquicias

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